Desde Villarrica nos llega otro testimonio de Tania Sanz, joven que está de Misión en Chile.
Otra de las actividades con las que colaboramos es con la bautizada "Ruta del pansito". Consiste en llevar un "pansito" (bocadillo) y leche con cacao a las casas en las que se conoce que hace falta debido a falta de recursos, dificultad motora o enfermedad; así como a personas que realizan su vida en la calle. Pero, sinceramente, lo que más lecciones de vida me da es observar a las personas que hacen que este proyecto salga adelante con ayuda de los padres de los alumnos del colegio Santa Cruz, pues sin su ayuda esta iniciativa, originada por el santo chileno San Alberto Hurtado, no hubiese podido seguir. Destacar que ellos mismos los que asumen el coste de los alimentos que reparten. Son personas que manifiestan que la vida les ha tratado bien y que sienten la necesidad de devolver algo ayudando a otras personas que no les fue tan bien, todo impregnado por un gran amor a Dios.
Lo que más enseña no es lo que hacen sino el amor con que lo hacen. Mirado a cada persona tiernamente, de la misma manera que una madre o padre mira a su hijo, preocupándose por sus condiciones, por cómo se sienten...sin etiquetas. Solo mirando a Cristo mismo y amándolo.
¡Ojalá hubiese más personas como ellas que practiquen el titulo de la comedia del gran Lope de Vega Obras son amores, y no buenas razones!, como hizo el Padre para redimir nuestros pecados.
Los sacerdotes, las consagradas... religiosos en general hacen muy buena labor ayudando a los más necesitados, pero no llegan a todos.
Así pues, abramos los ojos y no deleguemos todo en los demás , ya que como dice el Venerable Padre Tomás Morales "es hora de los laicos". Así es que, ¡"Armemos lío, salgamos a balcones y vayamos a las periferias!" como nos dice el Santo Padre y dejemos de ser "jóvenes sofá".
Tania Sanz
Delegación de Juventud
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