La primera forma de colaborar es fomentar que los niños se unan a esta gran red de solidaridad. En las parroquias, colegios y delegaciones de misiones hay grupos de niños de Infancia Misionera que se reúnen y participan en todas las actividades que a lo largo del curso se realizan.
Los niños son los primeros colaboradores que entregan generosamente su donativos para ayudar a los pobres y necesitados. A través de ellos lo hacen las personas adultas, especialmente sus padres y familiares, sus educadores y tutores, y quien se siente solidario con los más pequeños y vulnerables.
Con la ayuda de todos y fruto de la generosidad de los niños y adultos, en el año 2013 la Obra Pontificia Infancia Misionera envío 21.999.801,60$ a los más pequeños del mundo. Los niños españoles aportaron 2.117.463,44€ para ayudar a los otros niños del mundo. Con estos donativos mundiales se logró financiar 3.020 proyectos a favor de la infancia.
Sin embargo aún queda mucho por hacer. Los niños siempre son los más afectados por las carencias económicas. Ellos siguen necesitando nuestras ayudas.
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