MISIONEROS DE LA MISERICORDIA
(Carta con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones)
Muy
queridos amigos y hermanos:
La celebración de la Jornada Mundial de las Misiones es una llamada
del Señor para que salgamos de una visión estrecha y cerrada de la Iglesia , que sólo se
preocupa de los problemas más locales e inmediatos, y para que abramos el
corazón y la mirada a la dimensión universal de la fe y al compromiso de
caridad con los más pobres.
Es cierto que tenemos que ser misioneros
siempre y en todas partes, como lo vamos a ser en la
Gran Misión Diocesana, que tenemos
proyectada para este curso, pero esto no puede hacernos perder de vista lo que
solemos llamar la misión “ad gentes”, es decir, la misión en aquellos lugares
donde nunca se ha oído hablar de Cristo o donde la Iglesia vive en tales
condiciones de precariedad y pobreza que sin nuestra ayuda no podría
sobrevivir.
La misión, nos dice el Papa, en su
mensaje de este año, es “una pasión por Jesucristo y, al mismo tiempo es una
pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos
todo su amor que nos dignifica y nos sostiene; y en ese mismo momento
percibimos que ese amor, que nace de su corazón traspasado, se extiende a todo
el Pueblo de Dios y a la humanidad entera. Así redescubrimos que Él nos quiere
tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado y de
todos aquellos que lo buscan con sincero corazón”
Los que tenemos el gozo de conocer a
Jesucristo hemos de sentir, muy dentro del corazón, que la humanidad tiene
necesidad del evangelio y que la actividad misionera sigue siendo el mayor
desafío que la Iglesia
tiene hoy. La fe y el amor de Cristo tienen que empujarnos a todas partes para
anunciar el evangelio del amor, de la fraternidad y de la justicia. Y esto se
hace con la oración, con la valentía evangélica y con el testimonio de las
bienaventuranzas.
El DOMUND, ha de avivar en todos el
ardor misionero para ser verdadero testigos de la misericordia de Cristo en
nuestra propia diócesis, participando activamente en la Gran Misión Diocesana,
y para sentirnos unidos espiritualmente y materialmente a todos los misioneros del
mundo promoviendo en este día una corriente fraterna y solidaria de oración y
de colaboración económica con las necesidades materiales de los misioneros y de
las misiones, a través de las Obras Misionales Pontificias.
Con mi afecto y bendición.
+ Joaquín María. Obispo de Getafe
Getafe, 7 de Octubre de 2015
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