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19 de octubre de 2016

Alberto Íñigo, salió de su tierra para ser MIsionero




Alberto Íñigo Ruano, Misionero en Brasil desde hace un año.

Comparte su testimonio con todos.

"SAL DE TU TIERRA" pues eso ocurrió el día 14 de agosto de 2015 en mi vida, salí de mi casa, de junto a mis padres, hermanos, tía, sobrinos, familia. Salí de mi querida Parroquia San Vicente de Paul de Valdemoro. Salí de mi patria España, de mi querido Atlético de Madrid. Salí de mi idioma, cultura, comodidades... Y el día 15 de agosto, Nuestra Señora de la Asunción, a las 14:00 horas aterrizaba en Sāo Luis, estado de Maranhāo, Brasil.

Me estaba esperando el Obispo de la Diócesis de Bacabal, Dom Armando Martin. Juntos hicimos un viaje todavía de 4 horas hasta nuestra diócesis de destino.
Me alojé en su casa. Gracias a Dios me esperaba una casa y una pequeña comunidad ( el obispo vive con dos sacerdotes y , justo al lado, vive una comunidad religiosa, las Siervas del Amor Misericordioso, cuya fundadora fue una Española, Beata Madre Esperanza) juntos rezábamos la liturgia de las horas, comidas,... Me acogieron fenomenal y me ayudaron en todo.
Desde los primeros días rezaba y celebraba en portugués y comencé a recibir aulas para pronto poder conocer la lengua.

Durante las primeras semanas mi ocupación era rezar, estudiar y acompañar a Dom Armando a diferentes parroquias y municipios de la diócesis para conocer a los Sacerdotes y también esta nueva tierra y sus gentes.

En la segunda quincena de septiembre comencé, de lunes a viernes, a ayudar al Párroco de Santa Teresinha, nuestra catedral, y celebraba misa también en las distintas comunidades y poblados que pertenecen a dicha parroquia. Los fines de semana ayudaba al Párroco de un pueblo a una hora y media de Bacabal llamado Pedreiras.


Era gracioso porque en las primeras misas yo sólo sabía leer y venía un fiel conmigo y predicaba. A primeros de octubre ya fui escribiendo algunas líneas y así fui avanzando.


Esta fue mi ocupación y trabajo pastoral hasta enero de 2016.


Los comienzos nunca son fáciles. SALIR y DEJAR son verbos difíciles de vivir. No fue fácil la despedida, dejas atrás una vida preciosa para comenzar otra que no sabes dónde, cómo, de qué manera,...


Un querido y buen amigo Sacerdote, Padre Francis, me dijo muchas veces en el último mes antes de partir.... Alberto, prepárate a "morir por Jesus". Yo no entendía muy bien pero pronto me di cuenta que sus palabras eran muy, muy ciertas. SALIR es morir a muchas cosas. DEJAR es morir a todo lo que antes tenías y ahora no tienes. 

En España es lógico tener agua buena en tu grifo, tocar el interruptor de la luz y se enciende la bombilla. Necesitas alimentos y a dos minutos de tu casa tienes dónde comprar ( y si a las tres de la madrugada necesitas pan quien no tiene justo al lado "unos chinos abiertos"?) ... Aquí es más difícil todo. El estado de Maranhāo es muy, muy pobre. Tenemos mucha escasez de todo lo básico, buenos alimentos, medicamentos, atención sanitaria, pocas buenas escuelas, trabajos dignos, poco asfalto y mucho barro y lodo...


Lo más sorprendente de todo es que sientes de manera especial y misteriosa la fuerza de la oración de toda esa gente que dejaste atrás al SALIR. Es aún más sorprendente y hermoso experimentar que quien te puso en el corazón el deseo de SALIR y ser misionero está aquí también y abriéndote camino. Pone en tu caminar situaciones, gente que te acoge, cuida, enseña,...
Es costoso SALIR y dejar pero, a la vez, es muy gratificante sentir en medio de las durezas, la caricia y el abrazo misericordioso de nuestro Buen Dios. Esto solo se experimenta de una manera fuerte y especial si confías SALES y dejas.

En enero de este año Dom Armando me pidió hacerme cargo como párroco de la Parroquia San Francisco de Asís y todas sus comunidades (26 poblados) en el municipio de Lago Verde a 40 kilómetros de Bacabal. El día 1 de Febrero pisé por primera vez este bonito lugar y el 14 tomaba posesión de la Parroquia.
Tengo casi 19.000 personas repartidas en 26 poblados y en muchos kilómetros cuadrados. La comunidad más lejana está a 48 km de la ciudad y por caminos.
Hijitos, es la primera vez que tienen un Sacerdote. Toda esta zona la atendían, como buenamente podían, una comunidad de franciscanos. Con mucho esfuerzo conseguían pasar por estas comunidades una, dos o tres veces al año. ¿Os dais cuenta de lo que esto significa? Soy su primer Sacerdote y Párroco. Muchos me dicen llorando, "que bueno es Dios Padre, le he pedido muchas veces el Don de un Padre y ya lo tenemos... Que bueno es mi Señor". 
Ahora pueden ser visitados una, dos o tres veces cada mes. Es tan bonito llegar, con mucho esfuerzo, hasta ellos y poder escuchar, hablar, celebrar los sacramentos, bendecir, visitar sus humildes casas, ver sus caras bonitas y alegres cuando les das una estampa o una cruz o un caramelo,...
De las 26 comunidades sólo dos tenían Sagrario. Mi trabajo y mi esfuerzo está en llevar Su Presencia a todas las comunidades. Ya dos poblados más tienen Sagrario. Poco a poco quiero ayudarles y formarles para que Jesus habite entre ellos y ellos también en Él. Muchas veces en mi oración Le digo: " ya que yo no puedo llegar a todos hazte presente Tú". Yo no puedo llegar a todos pero Él sí puede y quiere.

Queridos amigos, después de mi año en Brasil y 8 meses de trabajo intenso en Lago Verde puedo decir que SALIR es doloroso pero nunca triste. Poco a poco experimento con la Gracia del Señor que SALÍ pero "ESTOY EN SU TIERRA".



                                                                                                                     Padre Alberto Íñigo Ruano





3 comentarios :

  1. Que Dios te acompañe,que Dios te bendiga, mi querido Padre Alberto, que sigas dando tu testimonio de fe y amor a los que los necesitan. Un abrazo y hasta siempre.

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  2. Qué suerte tienen los que te han sido encomendados! Me alegro mucho de saber de ti. Te apreciamos mucho y pedimos para que sigas dando testimonio de fe allá donde estés.

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  3. Qué suerte tienen los que te han sido encomendados! Me alegro mucho de saber de ti. Te apreciamos mucho y pedimos para que sigas dando testimonio de fe allá donde estés.

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