Entre otros decretos de diversas causas de beatificación y canonización, aprobados hoy por el Papa Francisco, está el del milagro atribuido a la intercesión de Paulina María Jaricot, fundadora de las Obra de la Propagación de la Fe. La aprobación de este milagro abre el camino de la beatificación para la quien ha sido una de las precursoras e impulsoras de la responsabilidad de los laicos en la misión Junto al decreto aprobado del milagro de Paulina, están también los decretos, entre otros, de Melchor María de Marion Brésillac, el obispo misionero que fundó la Sociedad de Misiones Africanas, del misionero franciscano Cosma Spessotto, asesinado en El Salvador, y de Charles de Foucauld, el apóstol de la humanidad de Jesús entre las dunas del Sáhara.
Paulina Jaricot fue una mujer laica francesa que nunca sintió la vocación a la vida consagrada, en un contexto en el que parecía que quienes deseaban seguir a Jesucristo necesariamente tenían que emprender el camino de la consagración religiosa. Nacida el 22 de julio de 1799 en una familia de ricos industriales, Paulina recibió una buena educación cristiana. Tras varios acontecimientos personales y escuchar una predicación en la cuaresma de 1816, sufrió una transformación interior que cambiaría su vida, decidiendo vestirse como las obreras de Lyon por solidaridad con su pobreza. Decide igualmente, en un abandono total en Cristo, dedicarse a las misiones, informando de las necesidades de los misioneros y buscando su sostenimiento. Se empeñó en la tarea de formar un grupo de mujeres, que fue creciendo cada vez más, de trabajadoras de la fábrica dispuestas a rezar por las misiones y a entregar una parte de su paga para ayudarles en sus necesidades. La asociación se fue extendiendo entre gente humilde por toda Francia y así fue como, en 1822 nació oficialmente la Obra de la Propagación de la Fe, que pronto alcanzó a otros países. El impulso del Papa León XIII contribuyó de manera especial a su difusión universal. En 1922 Pío XI le concedió el título de Pontificia y, en España, es más conocida como DOMUND, en referencia al Domingo Mundial dedicado a las misiones que la Iglesia instituyó gracias a Paulina.
El milagro aprobado por el decreto del Papa Francisco tuvo lugar en 2012, en el 150 aniversario del nacimiento de Paulina. La pequeña Mayline Tran, de tres años, perdió el conocimiento debido a la asfixia por un mal tránsito de alimentos. La niña, hospitalizada en un estado desesperado tras la asfixia y una parada cardiovascular de 20 minutos, se consideraba perdida. A pesar de que se suspendió el tratamiento médico, la familia se negó a que se le retirara la asistencia vital artificial. Se hizo una novena a Paulina Jaricot, poco después, la niña se despierta, pero con daños cerebrales, y el pronóstico de estado vegetativo. Aún así, contra todo pronóstico, se curó totalmente. La curación fue sometida a un Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Lyon, del 20 de julio de 2018 al 28 de febrero de 2019. Sus actuaciones fueron envidadas la Congregación para las Causas de los Santos. La comisión médica validó la naturaleza inexplicable de la curación.
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