Las Obras Misionales Pontificias de España lloran hoy la pérdida de la que durante 18 años ha sido la directora y, sobre todo, el alma de su revista misionera para jóvenes “Supergesto”, Rosa Lanoix, fallecida anoche en Madrid. Generosa hasta el desprendimiento total y tenaz con sus compañeros, entusiasta y admiradora de la labor de los misioneros, se desvivió por hacer llegar a los jóvenes la alegría y el entusiasmo del Evangelio y, sobre todo, trató de imbuirles las ganas de comunicarlo y vivirlo.
A estos muchachos y muchachas, a los que siempre defendía cuando se les criticaba, trató de hacer llegar una revista que heredó de la que ella consideraba maestra de la prensa para niños y adolescentes, Montserrat Sarto. Con ella empezó a colaborar en “Supergesto”; lo hizo con entusiasmo y gran profesionalidad, hasta tal punto que, cuando Montserrat decide que ha llegado el momento de pasar el timón a otras expertas manos, no duda en que estas sean las de Rosa Lanoix.
Rosa María Lanoix González había empezado su carrera profesional trabajando en el periódico Ya, donde acabó integrándose en el equipo del “Mini Ya”, uno de los primeros suplementos en prensa dirigidos a los niños, colaborando además con la Asociación Católica de Propagandistas. A raíz de su trabajo en el “Mini Ya” junto a Montserrat Sarto, que lo dirigía, esta última la introdujo en el mundo misionero. Montserrat había fundado las revistas de las Obras Misionales Pontificias para niños y jóvenes, Gesto y Supergesto. Rosa, colaboró en ambas, y acabaría sucediéndola al frente de esta última publicación. En las Obras Misionales Pontificias también ha sido, como parte del Consejo de Jóvenes, impulsora de los Encuentros Misioneros de Jóvenes y de muchas otras actividades, como la Guía “Compartir la Misión” –con destinos misioneros para jóvenes–, que tenían en ellos a sus destinatarios.
José María Calderón, director nacional de las Obras Misionales Pontificias, ha señalado cuánto se echará de menos “su trabajo, su simpatía y su preocupación por los demás”, y ha agradecido su gran labor por llevar la misión a los jóvenes. A Rosa, todos los que la hayan conocido, la tendrán en el recuerdo y en el corazón por su cercanía y su gran humanidad. En un vídeo, el director nacional ha comunicado esta triste noticia a la familia de las Obras Misionales Pontificias.
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