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7 de abril de 2025

XXIX EDICIÓN DEL FESTIVAL DE LA CANCIÓN MISIONERA "GENERACIÓN ESPERANZA"

 

El pasado sábado 5 de abril, se volvió a celebrar otra nueva edición del Festival de la Canción Misionera en la Diócesis de Getafe. En esta ocasión la XXIX Edición, con el lema “Generación Esperanza”, vinculado al Año Jubilar que la Iglesia está celebrando a raíz de la convocatoria del papa Francisco a cerca de  “LA ESPERANZA”.

El acto fue en el Auditorio de la Pª Sta. Maravillas de Jesús, como se viene haciendo desde hace un año, en la misma localidad getafeña. Cerca del metro de El Casar y del nuevo Obispado de la Diócesis de Getafe.

En un día entre nublado y soleado, llegaron los distintos grupos que componían el programa del Festival. En esta ocasión fueron cinco los apuntados para participar en el evento: Colegio La Merced de Madrid, Parroquia Sta. María Magdalena de Getafe, Colegio Divina Pastora de Getafe, Parroquia Verbo Divino de Leganés y Parroquia S. Juan de Dios de Getafe.


El Auditorio vibró con sus canciones, escritas expresamente para este acto en el que asistieron más de doscientas personas. Los niños, adultos, papas y catequistas, cantaron y aplaudieron desde el inicio hasta el final, en un Festival que poco a poco está teniendo más relieve en la zona, puesto que es un medio para que los niños se dediquen a la música, olvidando sus dispositivos móviles y compartiendo con otros chavales sus creaciones tanto musicales como rítmicas en un escenario. Y eso contando, que están evangelizando a través de las letras de sus canciones.

Una vez más las dos Cristinas fueron las encargadas de presentar y animar el Festival Misionero, que no sería el mismo sin su asistencia. Junto a ellas, José Beltrán, el alma de todo este Encuentro Musical Misionero cada año, Director de la revista Vida Nueva y colaborador de la Delegación de Misiones de Getafe. Este año, además, con la casualidad de ser el Jurado elegido para dar el premio del Concurso de Dibujo de Infancia Misionera en la Diócesis de Getafe. A las ganadoras de este concurso, José les entregó los premios y diplomas destinados para ello.

No faltó el testimonio de una MISIONERO/A. En este caso fue el de la Hermana Honorilda, religiosa Auxiliar de Cristo Sacerdote que está asistiendo a la Catedral de Getafe junto con su comunidad, compuesta por dos religiosas más y cuyo fundador fue el Beato D. José Pío Gurruchaga.

La labor de estas religiosas es imprescindible para la Parroquia: catequesis, monaguillos, grupos de niñas, grupos de costureras, etc.

La Hermana Honorilda habló de su misión en Argentina y de aquí en Getafe, pues nació en Méjico. Y de lo maravilloso que es ser Misionera y estar dispuesta a ayudar en todos los lugares donde se necesite llevar al Señor, tanto en territorios pobres, como en territorios donde la Fe va escaseando también.

El Delegado de Misiones, D. Juan José Alonso Somalo, estuvo presidiendo el acto y una vez más hizo entrega de los Premios y Menciones que al final ganaron todos los grupos asistentes. ¡Nadie pierde y todos ganan!

La Delegación de Misiones agradece a todos los participantes su asistencia y anima a ir a Burgos donde se celebrará la Edición Nacional de la Canción Misionera 2025, los días 26 y 27 de abril.

https://www.csf.es/

Gracias a todos y ya mismo quedan invitados para el año que viene, con la ESPERANZA, de que si nos motiva la Fe en la música, puedan estar con nosotros celebrando los 30 años de su Edición.

¡¡¡Hasta el año que viene!!!       

DELEGACIÓN DE MISIONES DE GETAFE

28 de febrero de 2025

2 DE MARZO, DÍA DE HISPANOAMÉRICA "HISTORIA DE ESPERANZA"

La Jornada pretende promover entre los fieles de España, la cooperación espiritual y económica con las iglesias en formación del Continente Americano.

 España se siente muy vinculada a estas Iglesias como lo prueba que el 59% de los Misioneros/as españoles están en América.

 El lema de este año es “HISTORIA DE ESPERANZA”. La presencia de la Iglesia en el Continente Americano ha colaborado a hacer de los pueblos que lo integran “historias de esperanza”. Tantos momentos de dificultad, de prueba y hasta de conflicto. Sin embargo, una y otra vez, la Fe cristiana ha sido en el corazón de las personas y de las culturas algo muy importante; Jesús ha vencido a la muerte, esclavitud y al pecado.

 En este día se tiene muy presentes a los Misioneros que partieron con destino al Continente Americano, sobre todo a los sacerdotes diocesanos que forman parte de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, OCSHA. Hoy son 138 Misioneros presentes en 18 paises. Ellos y los Misioneros/as de tantas órdenes han contribuido de manera decisiva a esta “Historia de Esperanza”

 https://www.conferenciaepiscopal.es/dia-de-hispanoamerica-2025/

 En la Diócesis de Getafe hay 44 sacerdotes hispanoamericanos, en las distintas parroquias.

Y Misioneros: 1 sacerdote y 7 misioneros laicos en Hispanoamérica.

AYUDA A LOS JÓVENES MISIONEROS QUE SE IRÁN A HISPANOAMÉRICA EN MISIONES EL VERANO QUE VIENE

Los jóvenes laicos que se están formando para ir a Misiones este verano, necesitan ayuda para el viaje.

Para ello, se ofrecen estor forros hasta el 2 de marzo, que os podría interesar.....

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Colabora con la Misión en Camaná,

Sobre la misión: https://heyzine.com/flip-book/1677e70f14.html

 Ellos también son ¡HISTORIAS DE ESPERANZA!

 Urge la Misión!

26 de febrero de 2025

LA AVENTURA ESPIRITUAL, mensaje por Paul Schneider, Misionero en Etiopía

Queridos amigos,

Estáis, como siempre, en mis oraciones, y en mi día a día mi mayor ofrecimiento y privilegio es la Eucaristía. La ofrezco por todos, por los de aquí y los de allí, grandes y pequeños, ricos y pobres, por los creyentes y por los que aún no conocen a Dios. Porque Jesús es nuestra única esperanza, y la oración de su esposa la Iglesia es el diálogo vivo con Él. "El Espíritu Santo y la Esposa dicen Maranatha - Ven, Señor Jesús (Ap 22, 17-21)".

Si no escribo más no es porque no tenga cosas que contaros, tengo cien. Ayer despedí a mi hermana Teresa y a su marido que me estuvieron visitando unos días, y se volvían a Michigan. Los monaguillos de mi foto de perfil son sus hijos. Aunque siempre estoy enredado con varios proyectos materiales, de ayuda económica a familias o de construcción, de un tiempo para acá el Señor también está poniendo en mi corazón un mayor anhelo de intimidad con Él. En realidad nunca estamos lejos de Él, pues "en Él vivimos, nos movemos y existimos (Hch 17, 28)". La conversión es un cambio de mentalidad que, si bien no te desapega de lo material, te hace tomar una postura diferente. Usas mejor la creación, tienes una sabiduría respecto a la naturaleza, muchas ansiedades remiten. Cuando Dios es lo principal, relativizas muchas cosas, como qué vas a comer o cómo vas a vestir. Tu prioridad es conocerle más, amarle de veras, hacer Su voluntad y tratar mejor a los que tienes cerca.

Hay algo en la vida de la misión aquí en África que me está llevando a considerar la vida monástica, la experiencia contemplativa. En septiembre se cumplirán 8 años de mi venida, y puede que esta consideración sea algo pasajero, o que se concrete en una forma particular en un futuro. Para este discernimiento me encomiendo a San Benito, San Bruno, Rafael Arnáiz, Carlos de Foucauld, a todos los santos, a Nuestra Señora, y a vosotros.

Allá donde estemos, -hoy, ahora-, todos los cristianos estamos llamados a ser contemplativos. En Betania (cfr. Lc 10, 38) Marta hacía una labor encomiable y valiosa sirviendo a Jesús, pero su hermana María escogió la mejor parte escuchándolo, sentada a sus pies. No era monja ni nada, era una mujer del pueblo. Pero conoció a Jesús, quedó enamorada, y ya nunca dejó de seguir al Maestro. Su corazón quedó cautivado. Yo, que antes nunca había prestado especial atención a este relato del Evangelio, ahora me parece que contiene un mensaje, una indicación para mí. Me entran ganas de irme al desierto, como Antonio y los Padres de Egipto, o como Carlos de Foucauld, para vivir sólo para Él, para ser totalmente suyo, sin las distracciones del presente.

Mi bella y rústica misión de Lagarba es ideal, tiene elementos de vida ermitaña, sin duda, pero a veces me parece que me he aclimatado hasta tal punto que las comodidades y la vanidad podrían llegar a ser un estorbo. Tal vez el Señor quiera llevarme al desierto, a un lugar nuevo. En cualquier caso, nada me preocupa, lo dejo en sus manos.

Mis profesores de teología y formadores del Seminario me enseñaron a adorar, amar y servir a Cristo en todos los ámbitos: la intimidad del corazón, la vida de familia, el testimonio público, la Liturgia, la comunidad de creyentes, la evangelización y la caridad con los pobres, porque de ellos es el Reino. Se puede descubrir y conocer a Jesucristo en el rostro de los hermanos.

En los encuentros con mis vecinos y hermanos de Lagarba, quiero ser contemplativo. Aparte de que mis Misas y oraciones personales estén llenas de unción y de devoción -ése es mi deseo, ¡ay!- también quiero que todos los encuentros con mis buenos prójimos de aquí sean de una gran profundidad espiritual, y más de escuchar que de hablar por mi parte. De entrada, estamos en comunión, porque somos hijos de Dios. Hace falta algo de la inocencia del niño o la agudeza del filósofo para empezar de nuevo, asombrarse y aprender, hacer preguntas y contemplar. Al Dios invisible se llega por lo visible. Y luego lo visible y lo que se ha vivido se guarda en el secreto del corazón, como la Virgen - "María guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón (Lc 2, 19) ". La misión de la Iglesia es dar la ternura de una madre, como María, a un mundo herido, y anunciar el Evangelio es llevar la misericordia y el juicio definitivo de Jesucristo hasta los confines de la tierra. A todos los pueblos, lenguas y naciones.

En fin, aquí os he dejado una pequeña reflexión, ya en otro mensaje os compartiré historietas y aventurillas. Encomendad a Belén, la niña de la foto. Tendrá unos 7 años, y la he traído a Adís Abeba junto con su padre. La operan esta próxima semana de un nódulo que tiene bajo la ceja izquierda. Es una operación sencilla de cirugía maxilofacial, pero con anestesia total. Su padre es sacerdote ortodoxo de Lagarba, muy amigo mío.

Un abrazo,

Paul 

5 de febrero de 2025

ESCOGIDOS LOS GANADORES DEL CONCURSO DE DIBUJO DE INFANCIA MISIONERA 2025

 
El martes día 4 de febrero se escogieron los Dibujos ganadores del Concurso de Dibujo que todos los años nos invita la celebración de INFANCIA MISIONERA.

Este año los Dibujos tenían que expresar lo que el video de la Jornada podían sugerir a los niños. Y junto con el lema "COMPARTO LO QUE TENGO" todo lo que les pudiera inspirar para sus pequeñas creaciones. Como en años anteriores hay dos Categorías para poder participar: lª, de 1º a 3º de primaria y la 2ª, de de 4º a 6º de primaria también. En esta ocasión se ha podido contar con una gran afluencia de participantes de Colegios, Parroquias e incluso a nivel particular. Más de doscientos Dibujos procedentes de Móstoles, Rozas, Casarrubuelos, Getafe, Alcorcón, etc.....

Como en otras ocasiones, hemos contado con un jurado en la Diócesis de Getafe. Este año ha sido nuestro colaborador y Director de la Revista Vida Nueva, D. José Beltrán Aragoneses. Desde la nueva sede del Obispado de Getafe, eligió los mejores Dibujos valorando la calidad de ellos. 

Acompañando a José Beltrán, estuvo el Delegado de Misiones de la Diócesis de Getafe, D. Juan José Alonso Somalo.

Según ha destacado Beltrán, "este año hay cifras récor de participantes, más de 200 dibujos en toda la Diócesis y además han participado, de punta a punta, desde las ciudades más grandes que tenemos en la diócesis de Getafe a los pueblos más pequeños" "Eso es de agradecer porque significa que ese deseo de ser Misioneros se traduce en cada uno de los dibujos que además han sido muy creativos. Desde los que están hechos a acuarela, a carboncillo, con lápiz y pinturas, con plastidecor.... Hemos encontrado todo tipo de creatividad este año en esta edición" y añadía "que al evaluar los dibujos que ha visto "son dibujos que han nacido del corazón, de haber visto el video de la Campaña de este año, de haber trabajado las catequesis, de haber estado en sus colegios y en sus parroquia, mano a mano, conociendo cómo ellos pueden ser Misioneros, esos niños que ayudan a otros niños" y terminó comentando que "al final hay que elegir dos ganadores y ha sido muy complicado. Son los que recogen de alguna manera esa apuesta por el mensaje y también una creatividad y una calidad a la hora de dibujar y de pintar".

D. Juan José, Delegado de Misiones, subrayó también "la importancia de que los dibujos transmitieran el mensaje "Comparto lo que tengo" para resultar elegidos".

DIBUJOS GANADORES

1ª Categoría

ZOE VALENTINA PRADA, Ganadora de la Diócesis de Getafe...de 2º B del Colegio Ceip Tomé y Orgaz de Casarrubuelos.

2ª Categoría

CARLA RAMOS, Ganadora de la Diócesis de Getafe....de 6º C del Colegio Ceip Joan Miró de Móstoles.

SEGUNDOS FINALISTAS

1ª Categoría

MAITE ANTONELA DE LA CRUZ OLIVARES, segunda finalista ....de 3º A de la Parroquia Sta. María Magdalena de Getafe.

2ª Categoría

HENAR DEL CANTO, Segunda finalista.... de 5º A del Colegio Ceip Joan Miró de Móstoles.

A partir de ahora, estos cuatro Dibujos irán a Madrid para representarnos en la Fase Nacional. Deseamos que haya mucha suerte para que tengamos un ganador de la Diócesis de Getafe en toda España.

Nuestra entrega de Diplomas, se hará como siempre en le Festival de la Canción Misionera que se celebrará el próximo 5 de abril en el Auditorio de la Parroquia Santa Maravillas de Jesús en Getafe. 

¡Os esperamos allí a todos!

DELEGACIÓN DE MISIONES DE GETAFE 

16 de enero de 2025

En Pinto, localidad de la Diócesis de Getafe, los Niños Ayudan a los Niños más necesitados en INFANCIA MISIONERA 2025


Este Domingo 19 de enero, es la Jornada de Infancia Misionera 2025.

En la Diócesis de Getafe; los colegios, parroquias y grupos, .....están preparándose para esta gran fiesta donde los Niños son los grandes portadores en ayudas para los niños más necesitados del Mundo.

Infancia Misionera es una Obra que el Papa hizo suya porque pensó que eran los niños unos motores capaces de generar mucha atención y conseguir esas ayudas extraordinarias que muchos pequeños no tienen y viven en estado precario.

Es el ejemplo de la parroquia de S. Francisco Javier de Pinto, donde un grupo de chavales de catequesis de Comunión ha realizado las huchas durante las Navidades.  

Su catequista les indicó que echaran de lo suyo durante estas fiestas navideñas y el asombro es que el  primer día de catequesis, sin solicitarlo su catequista, han traído ellos mismos ya las huchas con sus moneditas.

Niños que están muy concienciados de lo que carecen otros y que con un poco de esfuerzo, todos podemos COMPARTIR LO QUE TENEMOS.

Delegación de Misiones de la Diócesis de Getafe

3 de enero de 2025

6 de Enero, Jornada de El Catequista Nativo


 El lunes 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor, la Iglesia celebra el Día del Catequista Nativo y del Instituto Español de Misiones Extrajeras (IEME).  Este año nos invita a reflexionar bajo el lema «El catequista, contagia esperanza». Con esta Jornada se recuerda la gran labor de los catequistas, maestros de la fe.

El IEME presenta un tríptico en el que ofrece materiales litúrgicos para la celebración de la eucaristía de este Día; presenta los datos económicos de la colecta pasada; explican qué significa el lema y el cartel preparado para esta Jornada; así como su dedicación a la actividad misionera de la Iglesia, desde su pertenencia al clero secular diocesano de España.

Además de todo ello, incluye una entrevista a un catequista nativo de Ban Klang, en Tailandia, llamado Joseph Bancha Homphikhun. Él es padre de familia y tiene un hijo llamado Withawat. «Hace ya 14 años que el párroco me propuso que me formase como catequista en la comunidad de San Mateo. Ser catequista es algo muy especial», asegura.

Más información en el Tríptico

26 de diciembre de 2024

¡FELIZ NAVIDAD! DESDE LA DELEGACIÓN DE MISIONES DE GETAFE JUNTO CON SUS JÓVENES MISIONEROS

19 de diciembre de 2024

Soñando a lo grande! Proyecto del Colegio FESD SAN JOSÉ de Getafe

 SOÑANDO A LO GRANDE

Un proyecto desarrollado a partir de la novela gráfica "Cuando brillan las estrellas", basada en la vida cotidiana de unos hermanos refugiados, Omar y Hassan, que huyen de la guerra en su país (Somalia) y viven en el campo de refugiados más grande del mundo, Dadaab (Kenia). A medida que se desarrolla la historia el protagonista y su hermano esperan ser acogidos por otro país (EEUU). 


Durante este trimestre hemos tenido la oportunidad de ver la realidad de personas que viven en Kenia en esta situación y hemos tenido la gran suerte de poder contactar con niños de la edad de nuestros alumnos y poder escribirles cartas y hacerles regalos. 

MISIONEROS y voluntarios han venido a contarnos una realidad que sin ellos no hubiéramos podido sentir como si fuera nuestra.

También hemos tenido la oportunidad de colaborar con una Asociación comprando bolsitos, coleteros y rosarios hechos por las mujeres kenianas. 

Hemos recaudado 446 euros, así que estamos muy contentos con los resultados de este Proyecto tan bonito.

Y como sorpresa es muy probable que nos visite la embajadora de Kenia o algún representante a la vuelta de las vacaciones.

Leyre, Profesora del Colegio Fesd San José de Getafe





16 de diciembre de 2024

Sembradores de Estrellas en la Diócesis de Getafe, en el Colegio Divina Pastora-Calasancias 2024

Este sábado 14 de diciembre, se volvió a "SEMBRAR ESTRELLAS" en la Diócesis de Getafe.

El sitio elegido este año, fue el Colegio Divina Pastora -Calasancias de esa misma localidad, donde en una mañana gélida estuvieron invitados todos los niños para asistir a esta celebración.

La Capilla de San Faustino Míguez se llenó al máximo, acogiendo a unos 300 asistentes más o menos, entre niños, padres, abuelos, profesores, catequistas, consagrados....., Colegios Jesús Nazareno, Colegio Fesd San José, Colegio de Escolapios, parroquias de Fátima, Sta. Maria Magdalena, S. Sebastián, Consagradas de la Fraternidad Sagrado Corazón de Jesús de Boadilla, etc....y estuvo dirigida por José Beltrán, colaborador de la Delegación de Misiones y Director de la revista "VIDA NUEVA". 


Celebró el evento el Vicario Episcopal para la Pastoral Caritativa y Social D. Aurelio Carrasquilla, faltando en esta ocasión el Delegado de Misiones, D. Juan José Alonso Somalo, que le fue imposible asistir.

José Beltrán animó con las canciones y música e hizo que la gente se olvidara del frío, un ambiente de alegría y de buen humor. Y con él, el grupo de animación que siempre le acompaña y que son fieles a estas participaciones infantiles y misioneras.

D. Aurelio dirigió unas palabras a todos los niños, invitándoles a ser Luz para todos los que hoy no tienen felicidad, en donde les falta esa Esperanza que hace que se mueva el mundo a nuestro alrededor. Como hacen los Misioneros/as. 

El video Alike, que estuvieron viendo todos, enseñó que hay que ir así, con el Señor siempre, que es el que nos da la fuerza y el sentido de poner el corazón en todo.

Invitó el Vicario, a salir por las calles, poniendo las estrellitas a la gente y sin pedir nada a cambio porque de eso se trata esta "siembra", de felicitarnos los unos a los otros porque el Salvador nace y nace para TODOS.

Terminó el acto con la bendición de estrellitas y la suelta de globos en el patio del Colegio.

Una gran multitud de globos que volvieron a surcar los cielos con todos los deseos de los pequeños para llevar el corazón a quién le haga falta.

Y como dato importante, también impresionaba a los asistentes, que todo ésto se hiciera delante de un Santo, S. Faustino Míguez, porque en la Capilla del Colegio Divina Pastora, está presente su cuerpo debajo del Altar.

¡No siempre se puede acceder a lugares así y con estas Presencias Santas tan cercanas a nosotros!

Y ahora a seguir Sembrando.......porque no se para en esta semana de hacerlo en distintos sitios de la Diócesis.....en Parla, en la parroquia de S. Bernardo ya se están preparando. En Leganés, con las Juventudes Marianas Vicencianas.....en Zarzaquemada, en Pinto, en Móstoles,..........y en pueblos de las zonas rurales con los Jóvenes Misioneros. 


Todos con muchas Estrellitas para que en esta Navidad, también se oiga exclamar:

"BRILLE TU LUZ.........JESÚS".


                                 DELEGACIÓN DE MISIONES DE LA DIÓCESIS DE GETAFE

15 de octubre de 2024

Misión en Camaná (Perú) por los Jóvenes Misioneros de la Diócesis de Getafe- DOMUND 2024

Este verano, los jóvenes misioneros que se fueron a Camaná (Perú), vivieron esta experiencia misionera que comparten en la semana del DOMUND.

 PERÚ 2024 

“Donde abundó el pecado sobreabundó la gracia.” Montada en el avión de vuelta a casa pensaba en cuánto debo dar gracias al Señor y lo poco que es mi agradecimiento comparado con todo lo que nos ha sido dado. Este julio, 22 misioneros de la diócesis de Getafe junto con el padre Miguel Luengo, hemos estado en Perú como instrumentos de lo que indudablemente es la ocupación más maravillosa de todas: la Obra del Señor. 

Aunque las palabras que pongo por aquí son fruto de mi vivencia, a mi experiencia sin duda se le suma la de tantos otros; otros que también han descubierto que el sentido de nuestra vida no es otro que el de ser luz en un mundo de tinieblas. 

La esperanza nos salva. Cárcel 

Por las mañanas, parte de los misioneros íbamos a la cárcel a dar catequesis a los presos. En esa pequeña prisión de la municipalidad de Pucchún con capacidad para 90 internos en la que en realidad había 445, hemos visto auténticos milagros. 

De todas las mañanas que pude compartir con ellos, hay una que guardo con un cariño especial porque sin comerlo ni beberlo “me tocó” darles una catequesis sobre el Cielo a una veintena de ellos. Sus caras durante los aproximadamente 40 minutos que duró eran de absoluta admiración, como las de los niños pequeños en la cabalgata de reyes cada 5 de enero. ¿Pero, que tenemos un hueco en el Cielo? ¿Cómo que podemos ser santos? Muchas catequesis estuvieron marcadas por las innumerables preguntas anónimas que incansablemente respondía Nacho o el cariño que le ponía Ro a rezar el Rosario con las mujeres. 

En la cárcel percibí el sufrimiento como nunca antes lo había visto. En el pabellón de las mujeres había dos crías de menos de tres años que marcaron profundamente mis primeros días allí. Los deditos de Luciana tocando los míos entre las rejas de la puerta de su pabellón y ver sus enormes ojos negros a través de la rendija formaban en mi garganta un nudo cada vez que alcanzaba a extenderle mi mano. Y sin embargo, ver como cada vez que entraba Javi en el pabellón sus dos bracitos le rodeaban fuertemente el cuello para abrazarle, me llenaba de esperanza y deshacía el nudo. 

 Porque el Señor actúa así, deshaciendo madejas. 


Ante el sufrimiento del otro, encontré un consuelo fundamental en la oración. A veces solo queda descalzarse ante la vida del otro porque el terreno que pisas, a menudo quemado y en polvorosa, es sagrado. Delante del Sagrario, la mayoría de mi tiempo lo ocupaban ellos ¿cómo poder aliviar su sufrimiento cuando las palabras parece que no valen nada y el dolor es absolutamente desgarrador? Pues porque Dios existe; ¡y menos mal! El sufrimiento tiene sentido porque está Cristo padeciéndolo contigo. También me ayudaron las palabras de Luengo sobre la cárcel “una expresión del Amor de Dios puede ser también que nada te salga bien en la vida, que todo se complique, que a menudo no comprendas algo”. Escuchar la vida de algunos me llevaba a la mismísima Pasión de Cristo. Recuerdo pensar “esta gente ha acompañado al Señor en los m
omentos más duros de su vida y sin duda también Él ha estado con ellos en las heridas que mejor esconden”. Esto era lo único que a veces me salía decirles, que en el sufrimiento no están solos y que están llamados a la Eternidad. Esto, vi enseguida que era una llamada concretísima para mí; si de verdad me creo que el premio es la Vida Eterna, si me creo de verdad –como esos ojos que me miraron asombrados durante la catequesis– que el Cielo es mío, ¿cómo voy a estar más pendiente del sufrimiento terrenal que de la alegría que no se acaba? 

Por eso aun así, lo que más me impactó de la cárcel y sin duda con lo que me quedo es con haber podido ver y tocar el Amor que Dios le tiene al hombre. Cómo se desvive por cada una de las almas que Él ha creado y va a buscarlas a sitios recónditos igual que el buen pastor, incluso si esos lugares pasan por la esquina del pabellón En donde algún preso estará haciéndose un huevo frito en el suelo. Eso y ver la Misericordia de Dios derramada por toda la prisión han derrumbado todos mis esquemas. Yo, que siempre he sabido que Dios es bueno, o por lo menos eso decía de boquilla. A algunos Dios nos tiene que sacar de nuestra casa, llevar al otro lado del Atlántico y mostrar su grandeza casi con confeti y luces de colores porque de otra manera, los más pobrecillos, nos olvidaríamos –aún– más rápido. 

Coles - campamento 


La otra mitad de los misioneros fueron a los coles de Montecarmelo y Alto Huarangal. Dos colegios ciertamente diferentes con necesidades muy –MUY– diversas. 

Durante las dos semanas que a los niños les era concedido eso mundialmente ansiado por todos llamado vacaciones, hicimos un campamento urbano en uno de los coles. En el campa no faltaron los juegos, las casitas sobre la roca con coreografías incluidas, las catequesis, las competiciones deportivas o jugar al escondite con algunos niños y nuestra querida directora. Como no podía ser de otra manera, los peques venían siempre contentísimos. 


Con respecto al cole, a Ana y Bea estoy segura de que el Señor las ha elegido para muchas cosas pero que una niña se haya sentido querida por primera vez gracias a ellas ha merecido cada uno de los minutos que han pasado en Camaná y por eso, la vocación no puede aprenderse en los libros. 


Mención especial merecen René y su furgoneta –porque muchas veces la Providencia tiene nombre propio– donde se dieron algunos de los mejores conciertos “mañana me bautizo, bautizo, bautizo” y sirvió para que muchos de los niños de los cerros pudieran acercarse al campamento. 

Cerros 

Por las tardes nos dividíamos e íbamos a los cerros de Paraíso, Don Jorge y Bella Unión a dar catequesis y celebrar la Eucaristía. Cada uno de su padre y de su madre como se suele decir, con sus necesidades, su gente, su manera de hacer las cosas… 

En Don Jorge los niños brillaban por su presencia. La encargada de este cerro era Andrea, que la misión la lleva en vena y sabe bien que se empieza desde casa. Era el primer año que veníamos aquí. y este cerro parecía poco menos que un parque de bolas con tantos niños deambulando por ahí. Los niños salían de debajo de las piedras cada vez que escuchaban el motor de nuestra furgo y que las ruedas no atropellaran algún que otro pie es obra de los muchos ángeles de la guarda que había por esas calles. Siempre me alucina todo lo que se puede aprender de los niños. 

 Decir “Señor mío y Dios mío” siempre una vez más como Austin, hablar “de Dios de Dios de Dios” todo el rato pero también de “la Santamaría, la Santamaría”, así, todo junto. Aunque quizá más difícil que aprender de ellos es hacerse un igual como hizo Pablo, no cansarse de su vitalidad arrolladora ni de noche ni de día como Gabi, cuya alma distaba de la de Jose María por unos años y una nacionalidad o Arantxa y María Cerrillo cuya presencia de alguna manera calaba en tantísima gente, en parte por ser las más jóvenes del grupo –y también las más valientes–. 


El cerro de Bella Unión, al que íbamos por segundo año, estaba encabezado por Elvi, que hacía muchas cosas más que rezar pero ninguna tan importante como esa. Hay quienes a veces nos sentimos más bien prescindibles, pero habría tantos niños que no hubieran venido si Chiva no fuera misionero y se hubiera convertido casi en un hermano para Yoshiro… o Pedrós con ese desparpajo que tiene para tenernos en vilo mientras cuenta historias y dejar huella sin siquiera pretenderlo. 

A Paraíso fuimos por tercera vez –y es cierto eso que dicen porque en muchos sentidos la tercera ha sido la vencida–. A mí personalmente me ha encantado volver a esas colinas llenas de polvo desde donde casi nunca pueden verse las estrellas pero, ay cuando se ven... La capilla, el lugar en el que me enamoré de Camaná, estaba exactamente igual que el primer año, con muchas de las mismas caras y eso sí, techo nuevo. Me ha gustado especialmente ver cómo hay cosas que nunca cambian como observar a Cris en la tienda hablando con Juana o yendo a buscar a Noé; porque si alguien tiene el corazón llenito de Paraíso es sin duda ella y eso me ayuda tantísimo… También el esfuerzo de subir cada día a Julia en la silla de ruedas por la cuesta pedregosa aunque la espalda matara a Bosco o ir a la última casa del cerro a por Sabino para invitarle a bajar a Misa. 

Cada vez estoy más convencida de que los cimientos de la misión son las labores menos vistas por ojillos humanos, a menudo más pendientes de los frutos visibles que de su trascendencia. Y de ello estoy convencida de verdad, no porque es lo que se suele decir o porque queda “bonito” escribirlo sino porque no hay más que venir aquí para experimentar que estos pueblos se sustentan en la oración infatigable de tantas mujeres que a su vez sostienen a los sacerdotes para que estos puedan cuidar a sus fieles como hace Luigi. Así, acompañar a un puñado de carmelitas en faenas cotidianas ciertamente aburridas, como Gabri, cuidar a los de siempre desde la discreción como Carmen o vivir la misión como María, a quien jamás vi una mala cara o quejarse por algo, se transforman en las tareas más grandes a ojos del Padre. Algunos, en esta sencillez, han reforzado la vida a la que Cristo les llama, como Sara y Juandi siendo luz en el hospital tanto en pasado como en gerundio. 

Nos acostumbramos a lo bueno. Sacramentos 

Bautizos, comuniones, confirmaciones… Qué difícil me parece hablar de los sacramentos sin ensuciarlos. Sacramentos: lugares de encuentro con el Señor. Y nos quedamos tan anchos cuando vamos al bautizo de un primo a alguna parroquia de Madrid. Qué barbaridad. ¡Que no te acostumbres, que esto es muy grande! 

También –menos mal– he tenido la suerte de ver cómo algunos no se habitúan y si no que se lo digan a Pinazo, que al tercer bautizo debía haber estado más bien cansado de tanto levantarse y sentarse y sin embargo seguía radiante acompañando del primero al último de sus ahijados. 

En los sacramentos me pasó algo curioso que no me esperaba para nada. Durante la consagración en la misa del penal me fijé en Rodrigo, uno de mis ahijados, y cuando vi los ojos con los que miraba al Cuerpo de Cristo sentí una mezcla de envidia y admiración. Envidia de ese saber reconocer la Verdad cuando te topas de frente con ella que tienen los corazones sencillos. Lo mismo pasaba en los cerros, a menudo las madres que frecuentaban las catequesis en Don Jorge mostraban un recogimiento en la oración digno de aquel que ha tenido un encuentro genuino con Dios. 

Quienes veo que menos se acostumbran a lo bueno son Óscar y Gustavo –dos misioneros camanejos de pura cepa–, lo cual no me puede llenar de más esperanza. Óscar junto con su esposa Milagros ha dado el reposo y ha acogido al Señor al pie de la letra. Tavo, por su parte, es testimonio de lo bien que hace Dios las cosas y de cómo aprovecha cada momento para hablarnos al corazón, que de eso él sabe mucho. 


Hay tantísimas cosas que se me quedan en el tintero… confesiones milagrosas que ocurren tras años de misión, un pavo que reza más que la mayoría, las muchas misas por los difuntos que celebramos, las procesiones en las que el mismo Jesucristo Sacramentado se paseó como uno más de los vecinos por los cerros o ver una juventud despierta y atenta a las necesidades de sus vecinos. Tantas miradas vivas, inquietas, penetrantes… Sería imposible sintetizar tantísimos recuerdos en este espacio. 

Hacia el final de la Misión, Christian me preguntó bajando de Paraíso cómo describiría la misión con solo una palabra. “Gratuidad”, dije yo sin pensármelo demasiado. Gratuidad porque a mí jamás se me ha pedido nada, todo me ha sido regalado desde el momento en el que pisé este mundo hace 24 años; y gratuidad también porque el tesoro que durante este mes hemos compartido al sur del Perú, nos ha sido regalado inmerecidamente. 

 Y ¡menos mal! ni el rey más engalanado y rico del mundo podría haberlo pagado jamás porque tal y como dijo el rey Salomón: “dar por este amor todos los bienes de la casa sería despreciarlo”.

1 de octubre de 2024

Misión en San Salvador este verano por la Diócesis de Getafe

Hoy que se celebra Sta. Teresita de Lisieux, Patrona de las Misiones y este es un testimonio apropiado para este día misionero. Se trata del grupo de jóvenes que fueron a San Salvador, este verano, con el padre Mateo Felipe Romero Padrón de la parroquia S. Vicente de Paul de Valdemoro y vicario de Sta. Mª. Magdalena de Ciempozuelos, actualmente.


 "Misionero". Después de 28 días en El Mozote, un pueblo perdido en el departamento de Morazán, en El Salvador, puedo decir con certeza que "misionero" es la mejor manera de describir a Inma, Pascu, Ana González, Alessia, Lluca, Richi, Carmen Harguindey, Macarena, Sofi, Elisa, María de Mingo, Carmen Vázquez, Lucía Manrique, Juan, Lucía García, María Cornide, Marta, Valeria, Ana Ybarra y al Padre Mateo. 20 personas que acabamos, de alguna forma, en ese pequeño pueblo, entregándonos al máximo. 


El 17 de julio de 2024 aterrizamos en San Salvador, la capital, llenos de ilusión, miedo (tanto a los bichos como a las 14 horas de vuelo), incertidumbre y ganas. Antes de llegar, tuvimos varias reuniones para prepararnos, y en una de ellas nos dijeron que las monjas que nos recibirían en El Mozote llevaban dos años rezando por cada uno de nosotros. Eso me dejó impresionada, saber que Dios ya había preparado este camino para nosotros dos años atrás, aun sin conocernos. Y ahí estábamos, dispuestos a entregarnos al completo.

Los primeros tres días, la comunidad católica "El Salvador del Mundo" nos recibió como si fuéramos parte de su familia. Nos enseñaron la ciudad y nos contaron sobre San Óscar Arnulfo Romero, el santo que nos acompañaría en la Misión. Él entregó su vida por el pueblo salvadoreño, y estamos convencidos de que estuvo con nosotros todo el tiempo. Esos días nos sirvieron para empaparnos de la cultura y la historia de un país pequeño, pero lleno de sufrimiento. Poco a poco, nos dimos cuenta de que no íbamos solo a dar, sino a aprender de las personas que conoceríamos, de su capacidad de salir adelante con la fe en Dios. 


El 20 de julio, tras un viaje largo y con tormenta incluida, llegamos por fin a El Mozote, un pueblo que sufrió una masacre en 1981 en la que murieron 989 personas. Ese sería nuestro hogar por los próximos 25 días, en la casa de retiros San Óscar Romero, parte de la Comunidad Communio Sanctorum. Ahí viven cuatro hermanas: Verónica, Marta, Berenice, y Vilma, quienes dedican su vida a adorar a Dios en la capilla de adoración perpetua. No tengo palabras para describir la santidad de estas mujeres. Nos cuidaron durante toda la Misión, preocupándose por cada uno de nosotros y rezando mucho. Estaremos eternamente agradecidos por su entrega y por habernos permitido estar en su casa, incluso aun siendo un grupo de 20 jóvenes inquietos. 


La capilla de adoración perpetua fue un regalo de Dios durante esos días. Está en una pequeña col
ina dentro del recinto de la casa, y el Señor está expuesto las 24 horas del día. Es un lugar impresionante, donde solo estás tú y Él, con el sonido de la lluvia de fondo y los bichos que nos venían a visitar de vez en cuando. Tuvimos la suerte de ayudar a las hermanas acompañando al Señor por las noches. Subíamos en parejas a adorar durante una hora cada noche. A veces costaba más, a veces menos, pero lo importante es que estábamos allí, pidiendo por la gente que íbamos conociendo y por ser instrumentos de Dios. Todos los domingos nos reuníamos para compartir cómo nos sentíamos y cómo veíamos la Misión, y aunque estuviésemos cansados, felices o tristes, siempre llegábamos a la misma conclusión: la oración es lo más importante. Subir a la capilla al menos cuatro veces al día, era lo que sostenía la Misión y a nosotros mismos. 

Algunos días, mientras unos se quedaban en El Mozote, otros iban a misionar a comunidades cercanas, a ayudar a las personas que íbamos conociendo o a visitar el colegio en el que disfrutábamos muchísimo estando con los niños. Muchos de estos niños iban los sábados a la casa de las hermanas a recibir catequesis y durante el tiempo que estuvimos ahí la dábamos nosotros. En una de ellas hablando sobre la vocación, hicimos una pregunta: “¿alguno sabe cuál es su vocación?”, y varios de ellos contestaron: “yo quiero ser misionero como Ustedes”. Es difícil expresar con palabras lo que sentimos en ese momento, pero en resumen, una inmensa felicidad. 

Las misas eran momentos muy especiales. Rezábamos el rosario con la gente del pueblo, y el Padre Mateo, conocido cariñosamente como "Padrecito Mateo", antes de la misa confesaba durante más de una hora. Los jueves, además, teníamos una hora de adoración, que siempre se alargaba porque Mateo seguía confesando. Después de misa, nos dividíamos para visitar las casas del pueblo y los alrededores. Siempre nos recibían con los brazos abiertos y nos ofrecían un “pequeño refrigerio”, lo que venía siendo un buen plato de comida. Su generosidad nos impresionaba. 

Algunos de nosotros acompañábamos al Padre Mateo y a las hermanas a llevar la comunión a los enfermos o ancianos que no podían ir a misa. Esos momentos fueron muy especiales, porque podíamos conocer mejor a las personas, escucharlas y acompañarlas. No íbamos para cambiar su situación, sino para estar con ellas y hablarles de Dios. Puede parecer una locura cruzar“el charco” solo para hablar de Dios, pero para nosotros, no había mayor sentido en esa "locura". Es lo mínimo que podría hacer una persona que ama realmente al Señor y que quiere entregar su vida por completo a Él, dándose a los demás y llevando el Evangelio al mundo entero. 

Las tardes eran un no parar. Después de comer, recibíamos a niños, jóvenes y adultos para darles clases de lectura, matemáticas, lengua y hasta guitarra. Mientras unos daban clases, otros misionaban en una comunidad cercana llamada "La Laguna", a la que le cogimos mucho cariño. Nos alegra saber que, hasta el día de hoy, siguen rezando el rosario. Lo que empezó con jugar al futbol después de misa, terminó con unas misas y rosarios en los que participaba toda la comunidad, sobre todo los niños. Nos conmovió mucho cuando el último día Tomás, un miembro de la comunidad con un inmenso anhelo en el corazón de querer que cambien las cosas, dio un discurso entre lágrimas animando a todo el mundo a continuar y mantener, aunque fuese poco, lo que les habíamos podido enseñar. Se nos saltaron a todos las lágrimas al escuchar esas palabras ya que eran verdaderamente uno de los frutos de esta Misión. Ya solo con eso valía la pena todo. El día más especial fue sin ninguna duda el último, el día de los bautizos. Ojalá no hubiese terminado nunca porque realmente sentimos una felicidad que estoy segura de que era un trocito del cielo. Se bautizaron un total de 7 niños, tanto de la comunidad de El Mozote como de La Laguna. Fue un día en el que las lágrimas fueron las protagonistas. No sé realmente cómo explicarlo, se veía a Dios en cada una de las personas. Algunos de los misioneros tuvimos la gran suerte de poder ser padrinos de los niños que se iban a bautizar y, sin ninguna duda, puedo decir que es uno de los mayores regalos que nos ha hecho Dios. Ver como Mauricio, nuestro ahijado, nos miraba a Richi y a mí, y con una sonrisa nos decía “por fin voy a ser hijo de Dios”, me llenaba de felicidad. Cuando por fin se bautizó fue corriendo a abrazar a su madre y en sus brazos se puso a llorar desconsoladamente de la alegría que sentía. 

Al terminar la misa tocaban las despedidas, ese momento que sabíamos que iba a llegar pero que nadie quería que llegase. Teníamos todos un cúmulo de emociones dentro de nosotros: tristeza por irnos, felicidad de haber conocido a tanta gente maravillosa, agradecimiento a las personas de la comunidad por habernos acogido y habernos querido de esa manera… pero, sobre todo, agradecimiento a Dios por habernos escogido y habernos hecho instrumentos suyos. “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mt 22, 14). Estaremos siempre agradecidos porque el Señor nos ha escogido y hemos sabido responder con un “Sí” a su llamada. 

El padre Mateo nos repetía los últimos días que una parte de su corazón se quedaba allí. Y creo que eso se ha hecho verdad en todos nosotros. Eso es, en definitiva, la Misión. Dejar el corazón. DejarLe el corazón. Y que Él se valga de tu corazón para que dé fruto. 

Nos despedimos con una extraña sensación de alegría mezclada con la pena que nos da irnos, pero convencidos de que ahora nuestra Misión está en nuestras casas, comunidades, parroquias, y universidades, y dispuestos a seguir entregando nuestro corazón a Dios. Entregándonos en el día a día para seguir siendo misioneros, para seguir sirviéndole a Él. 

Y, por supuesto, con la mirada puesta en volver algún día a aquel pueblo al otro lado del mundo que durante un mes tuvimos la suerte de considerar nuestro hogar.



DELEGACIÓN DE MISIONES DE GETAFE

4 de septiembre de 2024

Unos días para la Misión- 2024 por el P. Isaac Parra de la Diócesis de Getafe






A la Delegación de Misiones nos ha llegado el testimonio del párroco de la iglesia de los Santos Justo y Pastor de Parla de la Diócesis de Getafe. Este verano estuvo de Misiones por Costa Rica y Colombia.....

Costa Rica 

"Dos países de la América en la misión: Costa Rica y Colombia. Dos países en las que las personas brillan por su sencillez y humildad. Donde se respira el perfume de Dios. Cualquier persona que te encuentras por la calle te responde: estoy bien, gracias a Dios. En estos días, el Señor me hablaba al corazón recordándome que solo los humildes y sencillos de corazón pueden acoger en sus corazones la Palabra de Dios. Solo en aquel que es humilde Dios puede entrar y hacer su obra. Estas son las personas que me he encontrado en estos días. Personas con un amor a Dios. 

Cuando salía de España camino de Costa Rica, en el avión, preparaba todo aquello que yo iba a aportar a los Asociados y a los que me pudiese encontrar por el camino. Todo lo preparaba con delicadeza y sencillez. Yo iba con un deseo: ser Misionero y llevar no solo la Palabra de Dios, sino la vida y la espiritualidad del Padre Pío y de nuestro instituto Siervos del Sufrimiento. 

¿Cuál ha sido mi sorpresa? La sorpresa ha sido que el Señor ha sido el que me ha traído, no solo para que yo hable sino para que le escuche a Él. Me ha querido traer a estos países para hablarme de nuevo al corazón. El misionero ha sido Él de nuevo. Hablando de Jesús, del Instituto, de la espiritualidad, del Padre Pío y del Padre Pierino, era Jesús quien me estaba evangelizando. Estaba poniendo en mi corazón sentimientos de agradecimiento y de entrega. Me estaba diciendo la forma de vida que quiere que yo viva y que quiero vivir. Ha sido un recordar de nuevo lo que el Señor ha hecho conmigo. Me ha recordado lo que quiere de mí como Siervo del Sufrimiento: una relación más profunda con Él y un enamoramiento más pleno del carisma del servicio al Sufrimiento. Empezando en mi vida a aceptar, abrazar y ofrecer mi sufrimiento cotidiano. 

Esta semana he podido comprobar de nuevo que anunciar a Jesucristo y el carisma es una necesidad. Lo necesito. ¡Ay de mi si no lo anuncio! Anunciar es renovar. Predicando me predicaba. 

En estos días he podido descubrir de nuevo a mi familia espiritual. Empecé la llegada a Costa Rica con la Eucaristía. Allí ofrecí cada paso y cada palabra que iba a dar. No quería hablar yo. Mis palabras son pobres. Quien quería que hablase era Él. Así se lo pedí desde lo más hondo del corazón. Mis miedos me podían y le decía a Jesús: “Ocúpate Tú”. 

Estuvimos en los diques donde me encontré con la pobreza, pero a la vez con corazones humildes que acogían cada una de las palabras que transmitíamos. La Palabra de Dios solo puede ser acogida con un corazón humilde. Visitamos a la comunidad de Asociados donde me encontraba como uno más en medio d
e ellos. Se nota el cariño y la familiaridad que tenemos. Poder hablar con cada uno de ellos hacia que en mi corazón hubiera un deseo grande de transmitirles a Jesús, al Padre Pierino y el carisma. A ellos les transmití tres breves pensamientos: hay que cuidarse uno mismo en la relación con Jesús, hay que cuidar la familia y cuidar la comunidad. 

Al día siguiente estuvimos con los jóvenes, donde les pude hablar de la vocación y de que escuchasen a Jesús, que tenía algo que decirles. Después de escuchar un testimonio del Padre Pierino, de compartir el testimonio, acabamos con un compartir fraterno. Los jóvenes me dieron una gran lección con sus testimonios: un amor grande al Señor y un empeño en querer seguirle con todo el corazón. 

El último día fue el retiro con asociados y simpatizantes. Yo me limité simplemente a transmitir la Palabra de Dios, la palabra del Padre Pierino y la del Padre Pío. Me conmovía ver que la palabra del Padre era una luz para ellos. A la vez que predicaba yo, me predicaba a mí mismo. Soy yo el que necesita vivir así. La dirección espiritual y las confesiones fueron una constante durante estos días. Qué belleza transmitir a Jesús y su perdón. 

Cuando parecía que todo había acabado no fue así. Después de la cena, me fui a la casa de las religiosas donde estaba alojándome. Cuando entré, me encontré con un grupo de juventudes franciscanas. Me pidieron poder exponerles el Santísimo y que les dirigiera unas palabras acerca del Padre Pio y de la vocación. Les hablé de mi vocación como Sacerdote y como Siervo del Sufrimiento. Fue una bella oportunidad también para hablarles al corazón. Me emocionaba. Estaba emocionado. Esa emoción era una súplica y una oración para Jesús de querer vivir siempre unido a Él. 

Colombia 

Llega el momento de partir. Me voy con el corazón lleno del amor de la familia y del amor de Dios. Siempre que estoy en tierras latinas mi corazón se ensancha y se llena del amor de Dios. Fueron días maravillosos en la familia de los Asociados y con las Hermanas. ¡ Todos miembros de una sola familia!. 

El vuelo hacia Colombia estaba preparando. En mi corazón había una doble sensación: por un lado, tristeza de la despedida, de dejar Costa Rica y, por otro lado, alegría, ya que me iba a encontrar con mi amigo Andrés. Andrés para mí es un hermano y un amigo. Tenía muchas ganas de verle para poder compartir y pasar unos días de descanso. 

Aquí en España hay un dicho que dice que “el hombre propone y Dios dispone”. Días de descanso iban a ser, pero también el Padre Pío tenía muchas cosas preparadas para mí. 

Mi llegada a Colombia fue después de dos horas de vuelo. Yo ya me había hecho al horario ya que había estado con Paulina en Costa Rica 7 días. El camino hacia Jericó fue de mucha emoción. Mi corazón estaba deseando encontrarme con Andrés. Habíamos compartido durante 4 años en España y fueron años preciosos. Llegué a la Catedral donde está destinado. ¡Qué bonito encuentro! La emoción fue común para los dos. Nos dimos un abrazo e intercambiamos algunas lágrimas. A día de hoy, escribiendo este relato, todavía salen de mis ojos. Aquí uno se da cuenta de la importancia de una amistad sana. Una amistad que te lleva a Jesús con la que puedes compartir y abrir el corazón. Esto es la Iglesia. Una familia, que vayas donde vayas, no eres extraño y puedes compartir tu fe con amigos y con hermanos. Así me he sentido yo, tanto en Colombia como en Costa Rica. Estar con familia donde no soy extraño. 

Estos 7 días en Colombia fueron días de descanso, de compartir, de estar con el Señor y como no, de anuncio del Carisma y de Padre Pío. Estoy convencido de que fue el Padre Pío quien fue hilando este encuentro. Yo solamente iba a descansar, a encontrarme con mi hermano sacerdote y a entronizar una imagen del Padre Pío que ellos mismos habían comprado allí. 

Mi encuentro con las personas de allí fue muy especial. Muchos de ellos ya me conocían. Me ayudó mucho encontrarme con gente sencilla, humilde, de fe, donde ciertas cosas no tienen tanta importancia como la tienen aquí en España. Yo pude experimentar allí lo importante de la vida, una fe sencilla y llena del amor de Dios. Estar compartiendo la experiencia con ellos, la Eucaristía y la oración me puso en mi sitio de nuevo. Aquí me doy cuenta de que no es tanto lo que yo diga o haga sino lo que Dios tiene preparado para mí. Como decía antes, yo estaba convencido de que era el mismo Señor quien quería de nuevo evangelizarme. ¡Cuántos detalles tan bonitos en la oración, en la Eucaristía, en el trato intimo con Jesús y con Padre Pío! Yo no me sentía digno de recibir tantos dones. 

Andrés me estuvo llevando por la naturaleza, por ciertos pueblos donde mi corazón y mi mente descansaban. Qué bonito ver aquellas casas en la montaña, esas fincas con pequeños oasis de agua donde los animales podían beber y refrescarse, montañas con diferentes tonalidades de color verde... ¡Qué descanso del alma!

Al día siguiente de llegar, el Padre Andrés, en el canal local de televisión, tenía que grabar un programa de 5 minutos. Este programa trataba de un comentario acerca del Evangelio del día. El padre me invitó a participar durante los 7 días de programas. Fue una bendición porque aprovechamos para anunciar por el canal local que el viernes siguiente íbamos a tener la entronización de la imagen del Padre Pío en la Catedral y se iba a venerar el mitón-guante de Padre Pío. 

Aquí estuvo la mano del Padre Pío. Aquí, tanto Andrés como yo, nos dimos cuenta del sentido de mi viaje a Colombia. El Padre Pío y el Padre Pierino querían entrar en Jericó. Jericó es el lugar de nacimiento de Santa Laura Montoya. Andrés decía que nadie es profeta en su tierra ya que la santa allí no era tan valorada como lo ha sido el Padre Pío. Este es el juego de los santos. 

Mientras contábamos el encuentro que íbamos a tener el mismo viernes, el cámara que nos grababa, se quedó admirado de que el Padre Pío hubiese llegado. Parece ser que él era devoto, o le gustaba la vida del santo de los estigmas. Por ello me planteó dos cosas. La primera, una entrevista de 45 minutos donde pudiese hablar del Padre Pío, del Padre Pierino y de los Siervos del Sufrimiento. La otra cosa, en otro programa local, durante 15 minutos, una entrevista acerca de mi vida y padre Pío. Andrés y yo nos miramos y dijimos, a pesar de que no me gusta salir en televisión, que sí. Que no éramos nosotros sino la voluntad de Dios. El Padre Pío así lo quería. Y así fue. Hicimos estos dos programas. El de 45 minutos fue una bonita entrevista que me hizo a mí el Padre Andrés. Se notaba el cariño y la amistad entre los dos. El me conocía bien y supo hacer las preguntas que eran necesarias. Ahí pude hablar detenidamente de cómo el Padre Pío, el Padre Pierino y los Siervos del Sufrimiento habían hecho una obra importante en mi vida. Pude hablar con el corazón a pesar del miedo que corría por mis venas. 

La otra entrevista ya fue más de andar por casa. Me hicieron dos o tres preguntas más sencillas. 

Llegó el viernes. Una semana muy intensa de emociones. Visitas a diferentes casas. Subidas y bajadas por las veredas de Jericó. Yo estaba feliz y emocionado de estar por aquellas tierras. A veces me venía la tentación, el miedo, la ansiedad y el decir: no me creo que pueda estar aquí. Cuando ocurría esto descansaba en Él. Estos días en Colombia fueron días preciosos de estar con el Señor. Era Él quien me había llevado. Su abrazo a través de los demás consolaban mi corazón. El encuentro con la gente sencilla, el poder hablarles a ellos para mí era un descanso del corazón. Estaba hablando de lo que mi corazón está lleno: de mi amor a Dios, de mi amor al Padre Pío y al Padre Pierino. Me daba cuenta que en la sencillez puede entrar Dios. Así era. Un corazón sencillo y humilde puede dejar que las palabras lo atraviesen y lo transformen. 

Comencé el encuentro con una breve charla sobre la vida y la espiritualidad del Padre Pío. Me di cuenta de cómo la gente vibraba con su vida y su espiritualidad. Se emocionaban de ver la obra de Dios en este fraile. Luego nos encontramos con gente que había venido de los distintos lugares, no solo de Jericó, sino también de Medellín. El Padre Pío había entrado en ellos. Algunas otras parroquias de los pueblos de alrededor habían pedido al Padre Andrés la posibilidad de ir a llevarles el mitón y la vida del Padre Pío, pero no pudo ser. Lo que sí vimos es que vino gente con devoción al Padre y que no se era consciente y, por otro lado, el encuentro con la imagen y el mitón despertó el hambre por conocer la vida de este santo que ha llevado a tantas almas al Corazón de Jesús. 

Después de la charla hicimos la bendición de la imagen y la colocamos en el altar de la Catedral junto al mitón del Padre Pío. La gente se acercaba a ella emocionada. Con sus peticiones en el corazón, como les dijimos, para que el Padre Pío se las presentase a Jesús. Gente humilde y sencilla que le ofrecía a su familia, a sus enfermos, a sus amigos y sus sufrimientos personales. Cuando el Padre Pio entra en el corazón de una persona que sufre, ya no sale más. 

Para finalizar el acto, hicimos la oración “Has venido a visitarme” y pasaron uno a uno a presentarles a través de la reliquia, sus súplicas y peticiones. En la Catedral habría unas 70 personas. Durante el fin de semana pasaron muchas personas de los distintos pueblos, grupos de jóvenes, de monaguillos donde puede explicarles quién era este santo y la obra que había hecho con los Siervos del Sufrimiento. Qué bonito poder hablar de lo que a uno le ha hecho tanto bien. 


Padre Pío ha querido quedarse en Jericó junto con Santa Laura Montoya. Yo estoy convencido de que juntos harán de las suyas y tocarán el corazón de todo este pueblo de Jericó. 

Llegó el lunes. Era el momento de marchar para España. La misión se había cumplido. No por mí sino por el Santo Fraile. Él fue quien movió los hilos. Nosotros, los sacerdotes, éramos meros instrumentos. 

El Padre Andrés quedó feliz de la obra del Padre Pío en su corazón y en la Catedral. Él había estado conmigo en San Giovanni Rotondo, y esa visita le hizo mucho bien también en su ministerio sacerdotal. 

Era el momento de despedirnos. Un abrazo de hermanos y amigos hizo que otra vez más nuestras vidas se unieran más para siempre. Es un regalo tener amistades santas y buenas. Amistades donde poder hablar de las cosas de Dios y de lo que pasa por nuestros corazones. 

Si Dios así lo quiere, hablábamos entre nosotros, el próximo año haremos las visitas por las distintas parroquias de la zona donde no se pudo llevar la reliquia y el testimonio del Padre Pío, Padre Pierino y los Siervos del Sufrimiento. 

Doy gracias a Dios. Han sido unos días en los que el Señor nos ha bendecido a través de la vida de los Santos. Durante estos días estuvimos visitando la casa de Santa Laura Montoya y la casa natal de un mártir de la guerra de 1936 en España, de Barbastro. Los Santos nos llevan siempre a Jesús".