4 de diciembre de 2025
La Embajadora de Kenia en el Colegio San José FESD de Getafe
28 de octubre de 2025
La misión es la vida: Cristina por el Evangelio a Camaná
El mes de octubre es el mes del Rosario y de las misiones en el que la Iglesia celebra el Domund, una jornada para recordar y sostener a quienes, en todos los rincones del mundo, anuncian el Evangelio con su vida.
Para Cristina Pérez-Miranda, de la parroquia Santiago
Apóstol, de Villaviciosa de Odón, «la misión es la vida». Esta joven de 23 años
y graduada en Derecho y Economía, ha decidido vivir por cuarta vez una
experiencia misionera en Camaná (Perú), en una iniciativa impulsada por la
Delegación diocesana de Misiones.
Cuando habla de la misión, Cristina lo tiene claro: «Es a lo
que estamos todos llamados. Por el simple hecho de estar bautizados, ya somos
misioneros. Urge que más gente se decida a servir en la misión». «Hacer
apostolado es para todos, en la universidad, en el trabajo, donde estés»,
insiste.
Su labor misionera, desde septiembre se desarrolla en varios
frentes: acompaña a niños, adolescentes, y adultos, participa en la vida
parroquial, en un colegio y también visita el penal de Camaná, donde entra en
contacto con personas que cumplen condena.
«Servimos de canal para que Dios ame a quienes tenemos
delante. Estamos cuidando una misión que comenzó hace cuatro años».
«En la cárcel aprendo mucho de cómo es Dios, cómo cuida de cada uno de sus hijos, cómo es su perdón, su misericordia», expresa.
Además, se traslada hasta los asentamientos más alejados,
donde la fe llega en forma de secta «debido a la escasez de sacerdotes, de
agentes pastorales» pero «donde hay esperanza».
Más allá de las actividades concretas, lo que más impacta a
Cristina es la fe de la gente. «Aquí la fe viene de una manera tan sencilla.
Son muy conscientes de que Dios está con ellos, incluso con sufrimientos tan
grandes».
Y esa sencillez la interpela: «Cuando Dios se vuelve el
centro, todo lo demás se ordena. Los problemas no pesan tanto si sabes que Él
está contigo».
Desde Perú subraya que: «Urge que más jóvenes se comprometan. Que la Eucaristía alcance a todos, que lleguen los sacramentos. Pido muchas vocaciones, santos sacerdotes que lleven el alimento de vida eterna». Cristina lanza también un mensaje a los jóvenes que, como ella, sienten que Dios les llama a algo más: «De verdad, que no lo duden. Jesús quiere servirse de ellos para llegar a tocar los corazones. Dios es muy bueno».
Ella experimenta en aquella tierra, rodeada de desierto, que
el Señor con un poco puede hacer una gran obra: «Aquí dicen que hay que darle
al Señor un “solcito” de generosidad. Un sol es como 25 céntimos. Solo eso.
Pero el Señor no se deja ganar en generosidad». Desde
Camaná, Cristina envía un abrazo grande a su parroquia, a su familia y a sus
amigos. Y, sobre todo, una petición que lo resume todo: «Os pido oraciones. Por
favor, por favor».
PALOMA FERNÁNDEZ ARIAS
20 de octubre de 2025
TREN MISIONERO 2025
El sábado 18 volvió a viajar de nuevo el TREN MISIONERO.
Nueva y alma de todas las celebraciones misioneras en nuestra Diócesis.
16 de octubre de 2025
Inauguración de la exposición sobre el DOMUND en el Campus de Montepríncipe.
15 de octubre de 2025. Participa y
explica D. Antonio Aunes de Obras Misionales Pontificias, Dª. Toñi Pardo, Secretaria de la Delegación de Misiones de la Diócesis de Getafe, representan
institucionalmente el decano de Medicina D. Tomás Chivato, el de farmacia D.
Gonzalo Herradón; el director de la EPS D. Santiago de Molina; D. Juan
Ignacio Grande secretario del Instituto de Humanidades Ángel Ayala. El capellán
del campus padre Daniel hizo de anfitrión y posteriormente se celebró la Misa
de santa Teresa ofrecida por los Misioneros y las Misiones a la que asistieron
unas 30 personas. Se puso punto final con el almuerzo. Al acto se unieron un
grupo de alumnos y profesores.
8 de octubre de 2025
Misa de Envio del sacerdote misionero Miguel Luengo Sánchez a Perú
El pasado 13 de septiembre se celebró la Misa de Envío del sacerdote Miguel Luengo Sánchez, Vicario parroquial de Sta. Maravillas de Jesús en el municipio de Getafe, como Misionero en el Perú.
La Celebración fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Getafe, D. Ginés García Beltrán, el Vicecanciller y Secretario del Obispo, D. Guillermo Fernández Fernández, D. Enrique Ramos Marín, Vicario parroquial de Sta. Maravillas y su párroco D. Luis Vallecillos Sánchez-Céspedes.
Se excusó el Delegado de Misiones, D. Juan José Alonso Somalo, por no estar presente en la Misa de Envío, por causas del ministerio en su parroquia.
La Celebración fue entrañable y familiar, donde el Obispo, el párroco y el propio Misionero actual de Perú, expresaron sus sentimientos de cercanía y fraternidad. Muchos eran los años que D. Miguel, ha sido el Vicario parroquial de Sta. Maravillas.
Ahora se encuentra en la Diócesis de Tacna de Perú, donde se le enviará un destino donde desempeñar su acción misionera como presbítero.
El 19 de Octubre se celebrará el DOMUND, día donde se rezará y ayudará con las donaciones a todos los Misioneros.
Ellos son la ESPERANZA para quienes están en pueblos lejanos necesitando de ayuda física y espiritual. Son la Vela que alumbra el lugar donde pueden descubrir a Jesús para el Mundo.
DOMUND 2025 Video (Papa León XIV, misionero en el Perú)
https://www.youtube.com/watch?v=lozHV84d-Nk
23 de junio de 2025
Artículo de nuestros Jóvenes Misioneros en Camaná, en el Anuario de este año de la Congregación de la Virgen de los Ángeles
6 de junio de 2025
Misa de Envío de 23 Jóvenes Misioneros a El Salvador y Perú de manos del Obispo Auxiliar Mons. José María Avendaño

El Obispo Auxiliar, Mons. José María Avendaño ha presidido en la tarde del jueves cinco de junio, en la Parroquia Santa Maravillas de Jesús, la ceremonia de Envío de veintitrés jóvenes de la Diócesis que se han estado formando durante el año y que parten este verano de Misión a Perú y El Salvador.
Han concelebrado junto a él, el Delegado Diocesano de Misiones, Juan José Alonso Somalo, y el Vicario parroquial Miguel Luengo, que acompañará a los jóvenes misioneros en su experiencia de evangelización al territorio de Perú, en la Diócesis de Tacna- Moquegua.

Durante la homilía, Mons. Avendaño ha alentado a los jóvenes subrayando el sentido de la Misión como una llamada personal de Dios. “No estáis aquí porque se os ha ocurrido. No vais a unas vacaciones. No vais a un viaje a ver buenas cosas. No. Estáis aquí porque habéis escuchado la llamada del Señor”, ha dicho dirigiéndose directamente a los jóvenes misioneros.
Mons. Avendaño les refirió la lectura previa del Evangelio donde Jesús oraba “Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno”. Y añadió: “Somos el cuerpo de Cristo. Estemos donde estemos, estamos llamados a la unidad, a la Comunión”.
Dirigiéndose a los veintitrés jóvenes les animó a vivir la Misión, siendo testigos creíbles de Cristo en medio de un mundo herido que los necesita. "¡Que, viéndote a ti, a mí, a cada uno de nosotros, puedan decir este hombre, esta mujer, esta persona, este sacerdote, este obispo, es creíble!"
¡Se creen lo que dicen, viven lo que dicen!” ha insistido.“La Diócesis de Getafe vive con alegría este nuevo envío misionero", ha señalado, "hoy la Diócesis está alegre por vuestra presencia. Vais a ser enviados por la Iglesia, por este Obispo, con el saludo y la Bendición cordial de nuestro Obispo diocesano, Mons. Ginés”.
Después de la homilía y acompañado por el Delegado y el Vicario,
les ha entregado la Cruz Misionera, previamente bendecida y les ha dado las gracias por "su valentía y heroicidad"."Bajo tu amparo nos acogemos, ayuda a estos Jóvenes que se ponen en camino a El Salvador, al Perú”.
A partir del veinticinco de julio viajarán los de Perú, acompañándolos el sacerdote P. Miguel Luengo Sánchez y unos días después, partirán los de El Salvador.![]() |
19 de mayo de 2025
Raúl Aragoneses Jiménez, de 9 años ayuda con su hucha a los niños de Infancia Misionera
Raúl Aragoneses Jiménez , un niño de 9 años que vive en la localidad de Getafe y que asiste todos los Domingos a la S.I.C. Sta. María Magdalena como monaguillo.
Con motivo de hacer su Primera Comunión, tuvo la inspiración, según relata, de romper su hucha y dar todo el dinero que hubiera dentro para los niños de Infancia Misionera.
Quiere que en un día que es tan especial para él, tener este gesto tan solidario para los niños pobres y que se les pueda ayudar en sus necesidades.
La hucha contenía 20 euros que los trajo metidos en un sobre totalmente cerrado. Raúl lo entregó con muchos nervios y emoción a la Delegación de Misiones de la Diócesis de Getafe.
Mario y Puri, padres de una familia numerosa, están orgullosos de que Raúl y sus demás hijos, aprendan valores en esta sociedad donde los niños lo tienen todo y "nunca se cansan", comenta el padre.
Enhorabuena! a Raúl por ser como eres y ojalá a más niños se les pueda ocurrir compartir un poco de lo que tienen con otros niños que necesitan de la ayuda de todos.
En nombre de los niños de INFANCIA MISIONERA, ¡GRACIAS!
DELEGACIÓN DE MISIONES DE GETAFE
8 de mayo de 2025
El P. Paul Schneider, Misionero en Lagarba (Etiopía) se vuelve a España
Han sido muchos años de estar en Lagarba, ocho en total desde el 2017 que se fue como Misionero a un lugar de Etiopía; Lagarba, un territorio de muchísima Misión.
Ya regresa a casa, a su Diócesis y con un nuevo destino. Pero nos ha dejado una carta, que junto a las que ha ido escribiendo a lo largo de estos años, son un testimonio de su vida personal y espiritual.
"Queridos amigos:
Melkam Fasika! ¡Feliz Pascua del Señor resucitado! Espero que estéis bien, con
salud y unidos a la Fuente del Amor, que es Jesucristo.
En este mensaje, que será el último que os escriba en este canal, os comunico
con gran emoción que mi misión en Lagarba y en Etiopía ha llegado felizmente a
su término, y que me vuelvo a mi diócesis de Getafe. Digo felizmente, aunque me
parte el corazón separarme de mi familia etíope y de la encomienda tan hermosa
que la Iglesia y el Señor me han hecho en estos casi ocho años. Lo mismo que
mis feligreses de Getafe y de Villanueva de la Cañada, las buenas y sencillas
gentes de Lagarba tendrán siempre un lugar indeleble, único, en mi alma. Tengo
el consuelo de que se queda con ellos el P. Kaleab, un sacerdote joven y apostólico.
Los conoce muy bien, porque es oriundo de la zona, y la gente lo quiere.
Las razones para este cambio son varias. Tal vez la principal sea la conciencia
de que mi misión allí está cumplida. Podría continuar en Lagarba cuarenta años
más, como tantas veces ha sido mi idea y mi deseo, y sería feliz así. Las
necesidades materiales son infinitas, y por esa razón también ellos, los
nativos, me querrían retener para siempre allí. Ahora bien, mi cometido como
pastor de almas de llevarles a Jesús, de llevarles a la Eucaristía, está
cumplido. Los sacerdotes tenemos, como principal misión, enseñar a las personas
el camino del Cielo.
Ya he estado hablando con mi obispo de Getafe D. Ginés, que me destina a la
parroquia de Nuestra Señora de Fátima en Fuenlabrada, a unos 20 km al sur de
Madrid. Emprendo una nueva etapa de mi vida con renovadas fuerzas e ilusión, y
me encomiendo una vez más a vuestras oraciones y sé que cuento con vuestra
amistad.
Os quiero agradecer el apoyo económico que me habéis dado en estos años de mi
misión. Con vuestras donaciones habéis contribuido a la construcción de una
carretera de grava de varios kilómetros (de magnitud de obra pública, dada la
orografía del lugar), rampas de hormigón a los lados del río Lagarba, dos
pozos, instalaciones completas de sistemas de energía solar en la clínica
pública de atención primaria de Kirara y en la iglesia y en la casa sacerdotal,
la construcción de dos nuevas capillas dedicadas a san Miguel y a santa Clara, mejoras
en la iglesia y en los establos, gallineros, nueva casa del guarda, vallado de
toda la misión, plantación de centenares de árboles dentro y fuera de la misma,
materiales litúrgicos para la iglesia principal y para varias capillas,
herramientas de todo tipo, hasta generadores diésel y bombas de agua de
gasolina para el riego de los cultivos, aperos de labranza para la misión y
para labradores pobres, ayudas innumerables a las familias del lugar:
medicinas, desplazamientos, becas escolares, jornales de los trabajos del
campo, construcción de unas doscientas casas de tejado de aluminio, ayudas a
las familias más pobres con ganado y grano para la siembra, y la dotación de
pequeños comercios a familias y mujeres emprendedoras. No solamente habéis
ayudado con dinero, sino hasta con ropa, calzado, libros en inglés,
bisutería, artículos religiosos, juguetes y material escolar y deportivo que en
distintas campañas habéis recogido y he hecho llegar físicamente en mis propias
maletas y con la ayuda de visitantes y voluntarios. Vuestro afecto y
generosidad, que Dios ciertamente os recompensará, les ha llegado a miles de
personas de muchas formas.
A partir de hoy no me hará falta vuestra ayuda económica, por la que tan
agradecido estoy. Todo lo que quedaba en la cuenta de la misión se lo he
transferido a las misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta en
Etiopía, que tienen 17 casas por todo el país, siendo las principales las de
Addis Abeba, Jimma, Dire Dawa, Gondar, Hawasa y Mekele. He trabajado estrechamente
con ellas en todo mi tiempo en la misión, y sé que ellas le darán la máxima
utilidad para atender a los cientos y miles de enfermos, moribundos, pobres y
huérfanos que tienen en sus casas, costeando alimentos y medicinas, operaciones
hospitalarias, bombonas de oxígeno y respiradores, material y personal de
laboratorio para análisis, tratamientos de tuberculosos, cuidados de niños y
mayores discapacitados, pacientes con VIH, embarazadas en situación de riesgo,
gente sin hogar ni familia, y todo tipo de personas con desnutrición. Desde
noviembre de 2020, cuando empezó la guerra civil en la región de Tigray, las
necesidades y la carestía se ha exacerbado en las zonas norte y oeste del país,
donde las "Sisters" tienen varias de sus casas.
Volviendo a Lagarba y a lo más nuclear de mi misión allí está mi sacerdocio, y
el corazón se me llena de gratitud, me conmuevo, al repasar estos años de
ministerio, de mi vida y entrega sacerdotal en Etiopía. Desde mi llegada allá
en 2017, además y por encima de todas las ayudas materiales a los pobres, ha
estado mi sacerdocio, que no es mío, sino un regalo del Cielo a la Iglesia y al
mundo a través de mi pobre persona. Poder celebrar la Eucaristía en ese monte
pobre, en un país pobre, en una iglesia paupérrima que es la parroquia católica
de san Francisco en Lagarba, con unos pocos fieles del lugar, ha sido un
privilegio sublime. Siempre tuve la conciencia a flor de piel de que esas Misas
eran tan importantes o necesarias para la salvación del mundo como cualquier
Misa solemne en una basílica o en la catedral de una gran ciudad. La paternidad
espiritual la he vivido como nunca allí, conociendo a todos mis feligreses por
nombre propio, familia, clan y hasta antepasados difuntos. La salud de cada
uno, su situación social y económica, los estudios de sus hijos e hijas, todo
llegaba a mis oídos y todo me lo tomaba muy a pecho. Mi sacerdocio y el
celibato han hecho que los llegara a conocer en profundidad y los amara más que
a mí mismo. He podido decir con San Pablo: "Os teníamos tanto cariño que
deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias
personas, porque os habíais ganado nuestro amor" (Tes 2, 8). Aprender
amhárico, el idioma del país, me sirvió para todo en la vida diaria, para gestiones
y compras y moverme por el país, pero sobre todo deseé saberlo bien para la
predicación, para las homilías y catequesis con niños y mayores, y así se me
concedió el aprenderlo muy bien, como un verdadero don del Espíritu Santo. Pude
usarlo para darles razón de nuestra esperanza (1 Pedro 3, 15). Para animarles
siempre a la reconciliación entre ellos y a volver a comenzar en su camino
espiritual en la confesión. Por ser sacerdote también han acudido a mí muchas
veces cuando les hacía falta un "anciano" (i. e., mediador) entre dos
personas que habían tenido un conflicto y había ofensas grandes de por medio.
Por ser sacerdote he entrado en lo profundo de las almas, de las familias y de
un pueblo con el que, por mi origen, yo no tenía nada que ver. El sacerdocio de
Cristo, del que humildemente participo desde mi ordenación, me empujó a dejar
las noventa y nueve ovejas y salir en busca de una oveja perdida en una tierra
lejana a la que Cristo mismo se refirió como "los confines del
mundo", los dominios de la Reina de Saba (Mt 12, 42). En resumen, en
Etiopía he podido serlo todo: padre, pastor, apóstol, evangelizador, maestro,
peregrino, huésped y anfitrión, servidor y guía. ¡Cuántas veces, en mis largas
caminatas ahí, me venían a la mente los versos de Isaías: "Hermosos
son sobre los montes los pies del mensajero que trae buenas noticias, buenas
noticias de paz y de salvación" (Is 52, 7)! No sé, creo que es a esta
profunda alegría, a esta experiencia tan rica y compleja a lo que san Pablo
llama ser "embajadores de Cristo" (2 Cor 5, 20). Desde luego, la
misión me ha cambiado la vida, me ha transformado para siempre.
Bueno, queridos amigos, ya me despido de vosotros en este canal. Algunos solo
recientemente os habéis añadido, otros me seguís desde el principio de este
largo periplo. Aunque, más que una despedida es un aviso de reencuentro, pues
podré iros viendo a todos personalmente con calma en estas semanas y en los
próximos meses. Os pido que tengáis la misión siempre en el corazón.
Un abrazo muy fuerte,"
P. Paul Schneider






































































